¿Qué sentirías si hoy nada más levantarte tu pareja te dice: ¡Qué bien te pones las zapatillas! ¡Eres el/la mejor!…Quizá respondas un poco aturdido/a… Ummm gracias cariño.
Minutos más tarde en el momento del desayuno se vuelve hacía tí y te dice: ¡Qué campeón/a! ¡Te has comido las tostadas y bebido todo el café! ¡Te mereces un premio! … (Empiezas a sospechar… ¿qué está pasando?…) Pero esto no queda aquí… Cuando te subes al coche para iros al trabajo… te vuelve a hacer otro comentario interesante… ¡¡Me encanta como conduces!! ¡¡Lo haces tal y como te dije!!…
¿Qué ocurriría si esto sucede todos los días en situaciones cotidianas diferentes?
Tenemos dos opciones, que sospeches que algo raro está pasando con tanta alabanza… o que realmente te haga sentir que todo lo haces “perfecto” y que eres “el/la mejor” en todo.
¿Qué sucedería en este caso?, ¿y si un día no te dice nada?…
Por un lado necesitarías de esa aprobación continua para sentir que sigues haciendo bien las cosas, y por otro lado, el día que no lo diga, dudarás …
¿Qué habré hecho mal para que no me diga nada?
Los niños desde que nacen van creando su propio autoconcepto, según sus propias interpretaciones de lo que está pasando. ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Qué esperan mis padres/profes/amigos de mí? Nosotros, sus padres como figura principal de apego, somos quiénes les ayudamos a construir su propio interior, su lógica interna, esa vocecilla que siempre escuchamos en nuestra mente ,y que suele ser muy crítica con nosotros mismos, que no para de decirnos qué bien o qué mal hacemos las cosas.
Es fundamental que reforcemos y empoderemos la conducta, en vez de alabar al niño, ya que la alabanza en repetidas ocasiones puede generar que sus comportamientos y creencias sean una búsqueda continua de aprobación externa y asimismo, cohíba su propia personalidad.
¿Pero cómo lo hago?
Motivándolos, animándolos, alentándolos, empoderándolos, capacitándolos, confiando en ellos.
Se van a equivocar cientos de veces, nosotros también nos equivocamos y lo seguimos haciendo.
Te dejo algunos ejemplos de las diferencias entre la alabanza y la motivación:
ALABAR
¡Qué listo/a eres! , ¡Puro diez, te mereces un premio!, ¡Perfecto! Justo lo que esperaba, Te has comido toda la sopa. ¡Eres un campeón/a!, ¡Muy bien, lo has hecho tal y como te dije!
En estos ejemplos puedes ver que los elogios, las alabanzas, los halagos, utilizados de forma continuada generarán una motivación “extrínseca”, lo que implica que su conducta necesite de aprobación “externa” o dependa emocionalmente de lo que nos hacen sentir con su comportamiento. Sus acciones sólo serán dirigidas a complacernos, o para que nosotros estemos contentos con ellos.
MOTIVAR
¡Trabajaste duro, te lo mereces!, Debes estar orgulloso de tu nota en el examen, debiste estudiar mucho., Has hecho un dibujo precioso, seguro que le has puesto mucho entusiasmo.
Veo que te has comido toda la sopa. ¡Ahora tendrás muchas vitaminas!, Sé que vas a encontrar la solución a este problema, confío en ti.
Reforzando su conducta de forma positiva, y no a su persona, los guiamos a generar una motivación “intrínseca”, lo que implica que el niño actuará de la mejor manera por sí mismo. Cuando valoramos el esfuerzo de la acción, el niño se valorará a sí mismo.
El refuerzo positivo de la conducta de nuestros niños, valorando su proceso, es elemental para una autoestima sana y fuerte. Cuando ellos perciben que apreciamos su empeño, su trabajo, su constancia, su dedicación, más que el resultado final del mismo, les ayudamos a sentirse bien con ellos mismos y a desarrollar sus capacidades confiando en sí mismos, ya que no tendrán temor a equivocarse, y con ello también se esforzarán a realizar cosas aún más complejas.
No obstante, cabe resaltar que la alabanza de vez en cuando no es negativa, pero su utilización la debemos dosificar, tal y como el “caramelo” o la “chuche” frente a la “comida sana”.
Hasta aquí el artículo de hoy. Puedes comentarme qué te ha parecido y compartirlo si crees que pueda ser interesante para a alguien.
Y recuerda, no estás sólo/a en esta maravillosa labor, de educar a los adultos del futuro.
Te dejo un vídeo muy bonito que invita a la reflexión. ¡Que lo disfrutes!
Fuente: Jane Nelsen “Disciplina Positiva”
Mª Carmen Cabezas
Educadora de familias Certificada en Disciplina Positiva
Inteligencias Múltiples, inteligencia reflexiva y de autorregulación
Neurociencias y Liderazgo “Neuroliderazgo”
Capacitación Docente en Neurociencias
E.mail: mccabezasromero@gmail.com