Publicación nº4, 8 de junio, 2017
Como os comenté y como la mayoría de las familias con adolescentes ya sabrán, no siempre es fácil gestionar las nuevas tecnologías. Por un lado nos ayudan a saber dónde o con quién están, pero por el otro nos preocupa las horas que le dedican. A veces me pregunto: ¿Son ellos los que necesitan el móvil o somos nosotros los que necesitamos que lo tengan para poder tenerlos “controlados”?
A mi particularmente me impresiona mucho ver en un restaurante que toda la familia está sentada en la misma mesa, pero cada uno conectado a su teléfono o Tablet. También he visto bebés de menos de seis meses o incluso semanas, conectados al YouTube con dibujos animados. La mayoría de los niños y niñas harán con su móvil lo que nos ven hacer a los mayores.
“Sino promocionamos una comunicación activa y consciente en edades tempranas, no se dará. Ni cuando son pequeños, ni mucho menos, cuando lleguen a la adolescencia”.
Nuestra experiencia no es distinta a la de otras familias, te planteas muchas dudas antes de comprar el primer móvil: ¿A qué edad? ¿Qué tipo de móvil? ¿Cuánto tiempo se lo dejo?, etc. Finalmente nuestros hijos empezaron a tener móvil a los 12 años, pero con algunas restricciones.
Las 4 pautas que hemos aplicado son las siguientes:
- No pueden tener un móvil más caro que el mío o que el de su padre, si es necesario comprar uno, le damos el nuestro y somos nosotros los que estrenamos móvil.
- Hasta los 16 años, solo tienen móvil el fin de semana, de lunes a viernes como no les hace falta, no tienen. Con alguna excepción en caso de tener que preguntar por alguna tarea escolar o viajar solos. Pero en este último caso seamos conscientes de que no necesitan un Smartphone.
- Ninguno de nosotros utiliza el móvil en la mesa, ya sea en casa o en un restaurante, ya sea el desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena. Esto no solo promueve la comunicación como ya he explicado en un post anterior, sino que además reduce las horas de utilización.
- Por supuesto no pueden superar el presupuesto asignado a su celular, si lo hacen se quedan un mes sin móvil.
Aun así nuestros adolescentes dedican horas a estar conectados a las redes sociales, cosa que también nos ha obligado a poner alguna que otra pauta al respecto, pero os lo cuento próximamente.
Nuestros valores son nuestro legado
Júlia